La inusual sequía que está afectando a Galicia generó un problema que no era habitual otros años, al coincidir la temporada de quemas controladas con una de incendios. La Xunta acaba de suspender hasta nueva orden los permisos para quemas, pero hasta que adoptaron esa solución hubo varios incendios generados por las permitidas.

A pesar de la ausencia intencionalidad, los autores tendrán que hacer frente a fuertes indemnizaciones, generadas por los gastos de la extinción, al margen de los daños originados. En esta situación se encuentran dos vecinos de Becerreá, que la pasada semana realizaron quemas autorizadas en montes y derivaron en incendios, a pesar de adoptar las medidas de prevención reglamentarias.

El alcalde, Manuel Martínez, salió ayer en su defensa y en la de todas las personas que se encuentren en similar situación. Tras analizar las circunstancias de cada caso, dijo que no pueden ser tratados como meros delincuentes ni cargarles unos gastos por un servicio que ya está pagado con los impuestos.

Tras matizar que sobre los autores de incendios intencionados debe caer todo el peso de la ley, pidió que ésta sea modificada para no tratar igual a responsables de incendios, sin tener en cuenta las circunstancias. Martínez Núñez considera que el cambio legal puede ser realizado aprovechando que actualmente está en fase de borrador la nueva normativa de montes.

Los dos incendios fortuitos registrados la pasada semana en Becerreá ocurrieron en Vilamane y en Ferrañol de Ferreiros. Ambos tuvieron su origen en quemas autorizadas por la Xunta y al escaparse el fuego, fueron sus autores los que avisaron a los servicios de extinción.

Al parecer, en un caso el motivo fueron unas ráfagas de viento cuando estaba siendo quemada maleza en montones, tal como es obligatorio. En otro, el fuego avanzó por el suelo debido a la sequedad extrema, y no fue suficiente la cisterna con agua que había allí ni pudieron hacer nada las personas que vigilaban.

El alcalde de Becerreá pregunta por la responsabilidad de la Xunta, dado que los solicitantes cumplieron lo establecido en la autorización, pero en el momento de realizar las quemas no hay personal ni medios públicos. Propone que cuando haya peticiones de este tipo, que acudan como prevención los servicios de extinción. También afirma que la gratuidad de los permisos sale muy cara, dado que ahora podrían tener que hacer frente a gastos de entre 9.000 y 20.000 euros. Sospecha que, al aumentar la maleza y cambiar las distancias de las plantaciones, se registren más incendios intencionados.

Incendio en Os Ancares

Un incendio quemó ayer alrededor de cinco hectáreas de monte bajo en Campa da Braña, en plena reserva de caza de Os Ancares, que también es reserva de la biosfera. Alguien prendió el fuego de madrugada y a primera hora de la mañana ya estaban varias brigadas con carrocetas intentando apagarlo. A mediodía quedó completamente extinguido, pero en algunos momentos las llamas estuvieron a poco más de cincuenta metros de algunas casas.